lunes, 14 de septiembre de 2015

Esto tiene nombre de kamikaze.

Tantas hojas rompí, tanto bebí, tanto me despedace, hasta hundirme con las alas rotas y el corazón en la mano, caminé como nunca y ni la muerte se atrevió a tocarme, el traje que lleve puesto era rojo, porque iba para mi funeral, escribo con mi propia sangre y me doblego en cada parte de ti.
Estoy ciega,estoy jodida de nuevo,y digo de nuevo porque es  uno de los tantos que pisoteo mi querer... volviendo después de la catástrofe y yo espere, te espere.
Te espere en el mismo valle de lágrimas que tanto detesto, pero que me da la paz que encontramos juntos, o encontré para no suponer más.
Tienes mi corazón arrodillado,dispuesto a perderse y joderse por alguien que ni se pellizcaria para hacer algo mejor.
Mi peor pesadilla salvó mi vida, pero me dejó caer de sus brazos, cuando yo por los ojos supliqué ayuda.
Llegaron las auto lesiones, pero que peor auto lesión que verme al espejo y no encontrarte.
El día que lloré como niña, tirada y disipada, te dije que era tu culpa, y sí , lo es, pero ya sabes, siempre me ganó el nudo en la garganta que tanto me impidió decir : te necesito,no te vayas.
Es absurdo creer que era especial,porque sus ojos brillaban al mirarme y su alma daba saltitos los días lluviosos.
Me dejaste sola en la esquina de mi cuarto, rota, dijiste que no te irías y joder, solo pensé , pensé que te quedarías a lamerme las heridas y acariciar me el cabello hasta dormir.
Estoy cansada de escuchar el piano que retumba en forma de laguna mental,tengo una lista de reproducción en la cabeza que suena cada vez que llegamos a una forma diferente de felicidad, ésa que tanto nos duele.
No soñamos nada, pero cada noche te anhele, como el regalo de navidad que nunca llegó.
Bailamos a ratos y sonreímos en fotos, quedamos plasmados con las alegrías del momento, las conservo en cada lunar que no tocaste.
Quise ser el portal de luz transparente que te llevará al bosque de lo encontrado, y los recuerdos entrelelazados en cada palpitar.
El reloj siempre nos a cerco al abismo, como un tren en su última parada, dejándome a mi en la parada de los descorazonados,casi perdida, gritando su nombre.
Su piel me hace llorar y su cama es el barco del cual se lanzó y tuve que a cobijarme de pies a cabeza hasta que pasase la tormenta.
Mis heridas y mi cabello quedaron intactos, aún sigo cansada de notas a blanco y negro.. Mis lunares son islotes entre mar de piel, pequeños e inhabitados.






1 comentario: